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La llegada de un nuevo hermano.

 


 



La llegada de un nuevo bebe a la familia es un acontecimiento muy importante. Pero siempre pensamos como lo asumirán nuestros otros hijos, pues pueden sentirse desplazados o asustados por los cambios que supone. Es una nueva situación que al principio puede descolar a toda la familia para hacer hueco al nuevo miembro, pues puede cambiar la estructura, con nuevos horarios y nuevas rutinas diarias, aumento de atenciones y cuidados del bebe durante los primeros meses.

Los niños serán los que pueden notar esos cambios con más intensidad, aunque estén ilusionados y felices, según la edad que tengan pueden no entender lo que está sucediendo y es normal que se sientan confundidos, asustados que se enfaden con los padres. No debemos olvidar que son muy pequeños y no entender los cambios y por ello sentirse en peligro.

Esta situación puede llevar al niño a desarrollar celos, mal comportamiento, rabietas, llamadas de atención y algunos retrocesos en conductas o perder  hábitos que tenía conseguidos, intentando llamar la atención continuamente. La casa se llena de gente, regalos y atracción al bebe, esta situación no pasa para ellos desapercibida y pueden sentirse desplazados.


Todos estos comportamientos son llamadas de atención y todo requiere tiempo y atención. Pero siempre nos adaptaremos dando tiempo, cariño y actuar con paciencia y sensibilidad. Pues todos estos cambios son normales y desparecerán con el tiempo.

Los niños necesitan expresar lo que sienten y es preciso mostrarse empático y escucharlos, compartir tiempo, buscar momentos de calidad a solas.

Actividades que podemos realizar con los niños:



Antes del nacimiento del nuevo hermano hemos de preparar la llegada y favorecer el vínculo durante el embarazo, explicándole donde está creciendo, que toque la barriga, que le hable, mostrarle la ropita, la cuna, buscar nombre que le gusten para el bebe. Leerle cuentos sobre la llegada de un hermano.

Cuando el bebe a nacido debemos incluirlo en las actividades de cuidado del hermano, incluyéndolo en las nuevas rutinas, cambio de pañal, bañarlo, cantarle, compra de pañales,  entretenerse jugando con el bebe, etc. Dejar que lo tome en brazos, siempre con las medidas de seguridad adecuadas.

Mostrarle fotos de cuando el nació, del parecido. Procurar que las conversaciones comunes no giren continuamente sobre el bebe, seguir preguntándole por sus rutinas diarias, ¿cómo le fue en cole?, ¿con quién jugo?

Dedicarle tiempo exclusivo, prestándole toda la atención, mantener las mismas rutinas, cuentos, juegos, parque etc. compartir sus emociones de tristeza, celos, enfados. Es preciso dejarle expresarse con paciencia y cariño. Que sienta que se le quiere igual y que es el mismo protagonista que hay la misma complicidad.

Cuando llegan familiares a casa, indicar que primero saluden al mayor, que le presten atención, que les presente al bebe.


 

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