La infancia es un momento clave
para estimular los sentidos y desarrollar las capacidades sensoriales.
Percibimos la información del mundo que nos rodea a través de los sentidos. El
niño necesita explorar, experimentar, descubrir y procesar través de los sentidos.
Integrar esa información le ayuda a formar una clara idea de la realidad para
su desenvolvimiento cotidiano. Es en
esta etapa cuando el niño desarrolla la capacidad de compartir atención con
objetos y personas. La estimulación sensorial es la estimulación del cerebro a
través de diferentes vías sensoriales.
Las vías sensoriales son
imprescindibles para el desarrollo del sistema nervioso central, por ello es
necesario el trabajo de aquellas áreas que puedan desarrollarlo, sobre todo
durante la época de mayor plasticidad cerebral (0-6 años).
La estimulación multisensorial es
una herramienta pedagógica, un conjunto de actividades didácticas, cuyo fin es
motivar y activar los diferentes sentidos de los niños vista, oído, tacto,
olfato y gusto que contribuyen al aprendizaje. Esta herramienta facilita la
exploración y conocimiento del entorno, pues promueve la curiosidad y la
atención, les ayuda a retener información de manera más emocional, divertida y
efectiva.
La estimulación multisensorial
tiene grandes beneficios para el aprendizaje:
Desarrollo Sensorial.
Táctil. Manejar maderas, telas, arenero, arcilla,
pintura de dedos, plastilina, facilitar sensaciones de frio, calo, aire, peso
etc. También es muy interesante el uso
de la caja misteriosa, el niño sin ver su contenido introduce las manos y
maneja el objeto intentando adivinar que es.
Podemos utilizar también la alfombra de texturas, sobre una base se pegan diversas texturas, como tapones, gomas, lana etc. El niño caminara sobre ellas experimentando diferentes sensaciones.
Visual. Uso de imágenes, luces de colores relajantes,
juegos con espejos etc. Botellas sensoriales con soluciones liquidas que
floten, creando una experiencia visual muy relajante. Olfato. Perfumes,
difusores de aromas, frutas, comidas, etc.,) permite al niño reconocer su
entorno y su cuerpo.
Auditivo. Música, uso de instrumentos, canciones etc.), permite al niño escuchar y concentrarse.
Gusto (probar alimentos,
identificar sabores, etc.).
Desarrollo emocional. Ayuda
a los niños a expresar sus emociones, facilitan la comunicación y la
interacción social.
Desarrollo psicomotor. A
través del juego dinámico, mejoran su precepción espacial, coordinación motora,
y equilibrio. Desarrollo del sistema vestibular reconociendo su postura y su
situación en el espacio físico.
Todas estas experiencias se realizan en salas preparadas para tal fin, como pueden ser las salas Snoezelen. Son espacios muy variados, con estímulos controlados y seguros que promueven la exploración. El objetivo es aprovechar la capacidad sensorial del niño en este periodo infantil y estimular cado uno de los sentidos, sin olvidar los aspectos de emoción, lúdico, satisfacción, placer y descanso.
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