Mantener ocupados a los niños es un
reto. Sin embargo, los juegos de puzles para niños pueden ser grandes aliados
para propiciar su diversión, desarrollar habilidades y alentar el aprendizaje.
Los beneficios de los puzles
Cuando hacemos un puzle, estamos concentrados
en su realización, la cual, requiere un esfuerzo continuo. Observar, manipular,
cometer un error, comenzar de nuevo y deducir, es una actividad que permite
desarrollar habilidades cognitivas, como la memoria y su capacidad de
concentración mientras el niño se divierte.
Algunas de las habilidades más importantes
que se desarrollan son:
Funciones visoespaciales:
habilidades esenciales para muchos aprendizajes como la lectura o las
matemáticas. Ponemos en marcha la relación coordinación ojo-mano. Giramos las piezas en
todas las direcciones nos orientamos espacialmente. Construimos un todo a
partir de elementos separados que tienen relaciones espaciales entre ellos.
Desarrollan
mejores habilidades relacionadas con espaciales.
Motricidad fina: Se
requiere cuidado y precisión al colocarlas, en ese proceso se controla la mano
en gestos finos para colocar las piezas en su sitio.
Coger las piezas y colocarlas en su
sitio requiere que se ponga en funcionamiento la habilidad motriz fina, además
de la coordinación mano-ojo. Cuanto más pequeños sean los niños, conviene que
las piezas sean más grandes y, a medida que crezcan, podrán manipular piezas
más pequeñas, y en mayores cantidades.
La memoria de trabajo y concentración: al buscar
las piezas se va controlando el resto y el niño recordara que busca y que va encontrado y relacionando con la visión global
que va teniendo de la imagen general. Los
puzles ejercitan la memoria visual.
Al principio, el niño necesita
observar, una y otra vez, el modelo a construir para encajar las piezas. Pero,
a medida que van ganando destreza y experiencia, podrá resolverlo casi de
memoria.
La metodología: En la
realización del puzle va aplicando progresivamente una estrategia, ordena
piezas, inicia por los bordes, agrupa colores y observa la forma de la pieza. Estrategias
que le ayudar a llevar y aprender un
control.
Estimulan la paciencia. Observa
las piezas, las analiza con detalle, calcula cual puede ser su lugar, hasta que
las encaja en su sitio. De ahí que estimulen la paciencia, para superar
obstáculos y manejar la frustración
Refuerzan la autoestima Al resolver juegos de puzles cada vez más complicados,
los niños comienzan a experimentar sentimientos positivos como el orgullo y la
superación.
En qué edad puede comenzar a realizar puzles
· A partir de
los 18 meses, podemos comenzar con piezas encajables en un tablero y
progresivamente introducir puzles de 2
piezas. Les ayudaremos a mejorar la pinza y coordinación ojo/mano. Al inicio
es recomendable usar figuras ensartables de madera.
·
A los 24 meses se eligen puzles de hasta 4 piezas con
dibujos de formas, animales, medios de transporte, o de su personaje favorito.
Busque piezas grandes y gruesas, para que les sea más fácil cogerlas y
manipularlas
· A los 3 y 4
años, el niño ya ha desarrollado habilidades para montar entre 15/30 piezas.
· A 5 años
podemos sugerir puzles de letras números etc.
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