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El sueño en la infancia, motor básico de desarrollo.

     El sueño es fundamental para la salud del niño, es un estado fisiológico, en el que cesa la actividad sensorial, motora y estado de alerta con el fin de regenerar energías gastadas. El sueño es necesario para un adecuado desarrollo físico y emocional. Contribuye a tener una mejor actitud y menos irritabilidad. Además, les ayuda a mejorar su capacidad de aprendizaje, lenguaje y memoria.

Desde que nacen, se les ha de ayudar a desarrollar buenos hábitos para dormir, iniciándolos en las rutinas que les permitan tener un ritmo de sueño ajustado.

El sueño en menores de 6 meses de edad

Hasta los 2 meses de edad y tras comer, el bebe comienza una fase de somnolencia, fase normal y que no debemos  interrumpir, la duración es variable y dependerá de cada bebe el tiempo suele oscilar entre 50/60  minutos.

Su reloj interno no está aun adecuadamente desarrollado y pueden dormir entre 15/18 horas al día. En ocasiones los padres tienen que despertar a los recién nacidos para alimentarlos. Pasado el primer mes suelen dormir entre 4/5 horas seguidas. A partir del 3 mes pueden alcanzar 7/8 horas de sueño en la noche y durante el día realiza 4/5 siestas

Si un bebé se despierta con frecuencia y llora insistentemente, es preciso atenderlo. El bebé podría estar muy incómodo: hambriento, mojado, tener frío o incluso estar enfermo. Durante estos periodos ha de mantener rutinas cambiar y alimentar de forma rápida, aportar muy pocos estímulos, como hablarle, encender luces, etc.

Recuerde  respetar horarios es necesario para alcanzar un buen habito, remarcando el contraste entre el día (luz) y noche (oscuridad)

El sueño de los 6 a los 12 meses de edad

Instaurar “rutina antes del sueño”, es básico seguir el mismo orden, seguir todos los días los mismos pasos antes de acostarse, así será como el niño ira aprendiendo que se acerca la hora de dormir, algunas de las rutinas como cena, baño, pijama, acurrucarse con el, cantarle suavemente etc.

En este periodo el niño se puede despertar varias veces en la noche, hemos de responder  con suavidad, caricias, frotar su espalda, dejarle un peluche o mantita que le relaje, pero no alterarlo con luz, sacándolo de la cuna o jugando con él,  estas actividades no permiten que el bebe aprenda a dormirse solo y favorecen los despertares nocturnos.

En estas edades los  niños necesitan un promedio de unas 14 horas de sueño, con dos o tres siestas en las horas de luz, de 30 minutos.

Niños de 1 a 3 años

Los  niños  entre de 1 a 3 años de edad suelen dormir 12 a 14 horas. Seguiremos con la “rutina antes del sueño”, preparar un ambiente tranquilo con poca luz y poco ruido,  una hora igual todos los días para iniciar la rutina. También es adecuado preparar unos horarios regulares para la siesta.

    Si los niños se duermen demasiado tarde, puede que estén más activos y les cueste conciliar el sueño. La rutina estableciendo un horario mas o menos fijo les ayuda a relajarse y prepararse para dormir. La rutina puede durar de 20 a 30 minutos en la que incluir actividades relajantes como, baño, compartir un cuento, coger su peluche preferido o escuchar música suave. No llene la cama de juguetes, le pueden activar, querer jugar, i de un juguete a otro.

En esta etapa se puede despertar 1 o2 veces en la noche, los sueños más activos comienzan en esta periodo y en ocasiones se pueden asustar. Es necesario en estos casos consolarle y tranquilizarle,  quédese a su lado hasta que se calme.

Ya ha de limitar el tiempo que pasan delante de las pantallas, pues altera el sueño, al menos de 1 a 2 horas antes de ir a la cama. Es conveniente evitar la TV y los juegos que lo excitan a la hora de dormir.

Este es un esquema orientativo de las horas de sueño según edad

·        0 – 2 meses: 15 – 18 horas.

·        2 – 12 meses: 14 – 15 horas.

·        1 – 3 años: 12 – 14 horas.

·        3 – 5 años: 11 – 13 horas.

·        5 – 12 años: 10 – 11 horas

·        13- 18 años: 8 – 10 horas.

 

Recordemos, es importante el sueño para los niños por muchas razones:

  • ·        Las hormonas del crecimiento se desarrollan durante el sueño, contribuyendo a su correcto desarrollo mental y físico. Durante el sueño se segregan proteínas y hormonas que ayudan a madurar el sistema nervioso y a favorecer el desarrollo neuronal.
  • ·        Aumento de la memoria y el aprendizaje. El cerebro refuerza la memoria a largo plazo durante la noche. Fortalece la disposición para el aprendizaje.
  • ·        El sueño facilita el buen comportamiento social, relajando las partes del cerebro que lo controlan. Facilitan la atención, reducen la irritabilidad
  • ·        El sueño fortalece el sistema inmune, disminuyendo así la vulnerabilidad a las infecciones y enfermedades.


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