El desarrollo psicomotor es clave
para el ser humano y constituye un aspecto evolutivo en los bebés y niños a
medida que crecen. Gracias a él adquirirán habilidades, conocimientos y
experiencias de forma progresiva
La motricidad fina es el
movimiento y la coordinación de los músculos, huesos y nervios pequeños, como
los de las manos, muñecas, dedos y pies relacionándose con los ojos. Cuando
hablamos de coordinación óculo-manual nos referimos a cómo el niño debe
coordinar la vista para alcanzar o manipular un objeto con sus manos para
realizar una actividad específica o simplemente para explorar el objeto.
La realización de movimientos
precisos, coordinados y controlados con las zonas más distales del cuerpo, evoluciona
mejorando los movimientos, siendo estos cada vez más precisos, logrando así una
mayor destreza manual y coordinación visomotora, lo que se refleja
positivamente en sus actividades cotidianas.
Los niños pequeños empiezan a
desarrollar la motricidad fina durante el primer año de vida. Desde los 4 meses
de nacidos, cuando empiezan a sujetar cosas. El desarrollo de estas habilidades de psicomotricidad fina son
decisivas, experimenta y aprende de su entorno y, como consecuencia, la psicomotricidad fina
juega un papel fundamental en el desarrollo de la inteligencia.
La psicóloga J.Caron Santha,
experta en este tema, habla de siete componentes que marcan la base para
conseguir una buena motricidad fina.
1- La aproximación:
consiste en la preparación de la mano y la extensión del brazo hacia un objeto
qué se desea coger. El seguimiento visual y la coordinación oculomotora también
intervienen.
2- El agarre: es la forma
en qué la mano coge un objeto. Dependiendo de la especificidad del objeto,
forma, textura, tamaño y peso, la mano
se adapta al agarre. Los puzzles son un excelente juego para ejercitarlo.
3- El transporte: es la
habilidad de sostener un objeto en la mano durante un desplazamiento. El encaje
educativo- selección es el juego ideal.
4- La liberación voluntaria:
Es el gesto que consiste en la liberación de los dedos para depositar un objeto
en un lugar. Apilar bloques de madera, para desafiar el equilibrio, les permite
construir estructuras.
5- La manipulación de la mano:
hacer pinza para colocar objetos pequeños en agujeros es la actividad qué
favorece el fortalecimiento de los dedos.
6- La habilidad con las manos:
la habilidad de utilizar una herramienta
7- La habilidad con ambas manos:
es la acción qué requiere una
coordinación de ambas manos para realizar una acción en especial.
etapas
1 años de edad: esta
será la etapa de gateo y primeros pasos. Uno de los logros más importantes (el
gateo) aportara sensibilidad y fuerza a sus manos. En esta etapa conseguirá al realizar
la pinza adecuada, tomar cosas usando los dedos como pinzas. Golpear juguetes
para que hagan sonidos. Usando los dedos
para separar las piezas pequeñas de las grandes. Meter y sacar piezas de cajas.
2 años de edad: La propia curiosidad y el desarrollo del niño/a
hace que se atreva a manipuar objetos de
un modo cada vez más complejo, llevándole a intentar experimentar con todo.
Realizando tareas de encajar, sacar,
garabatear dibujos, pasar páginas de un libro, hacer torres de construcciones. Abrir y cerrar
cajones
3 años de edad : A partir de los tres años su capacidad motriz
habrá avanzado a pasos agigantados y será capaz de insertar cordones, atar y
desatar lazos, abrochar botones, recortar con tijeras o elaborar collares y
pulseras con bolitas. Los dibujos que se ejecutan son garabatos.
conclusiones
El desarrollo de la motricidad
fina a temprana edad no solo mejora la capacidad de realizar movimientos
pequeños precisos con la mano sino que también facilitará el agarre de los
lápices y bolígrafos cuando el niño se encuentre en el proceso de aprendizaje
de la escritura y el dibujo.
Esta se verá reflejada en el
dominio y la precisión de los movimientos finos y le dará la autonomía y
seguridad en la realización de actividades cotidianas, logrando así, el
desarrollo de su independencia y la realización de actividades cada vez más
complejas.
“La inteligencia se construye a
partir de la actividad motriz del niño o la niña”.
El uso abusivo de las
tecnologías, contribuye a una ralentización del desarrollo de la motricidad
fina. Los dispositivos manuales han sustituido muchos de los juguetes que
tradicionalmente hacían trabajar esos músculos de la mano.
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