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Detección temprana de la perdida auditiva

 



  


    La sordera o hipoacusia infantil es la dificultad  total o parcial para oír sonidos en uno o ambos oídos de un niño.   Esta situación puede implicar dificultades en el desarrollo del lenguaje,  problemas de comunicación, en el desarrollo cognitivo y de las destrezas sociales.

    La dificultad de audición puede ser leve o grave, y puede ocurrir cuando hay un problema en una parte del oído, ya sea el oído interno, medio o externo, o en los nervios involucrados en la audición.

CAUSAS

    Muchos niños experimentan una pérdida auditiva de tipo  leve cuando se acumula líquido en el oído medio debido a la congestión, los resfriados o las infecciones en el oído (otitis) y otitis media, acumulación de cerumen. Esta pérdida auditiva suele ser solamente temporal. Si la situación se repite con mucha frecuencia es preciso consultar.Por otro lado están las perdidas permanentes y las causas más frecuentes son:

·        Infección congénita por citomegalovirus (CMV) infección vírica congénita.

·        Defectos genéticos.

·        Medicaciones que pueden dañar al oído.

·        Infecciones al nacimiento como rubeola , herpes, meningitis

·        Traumatismos.

·        Antecedentes genéticos.

 


Los signos y los síntomas de la pérdida auditiva son diferentes en cada niño. Si usted cree que su hijo podría tener pérdida auditiva, solicite una revisión médica.

En bebés de hasta un año, las señales que pueden alertarnos de una pérdida de audición son:

·        No se sobresalta con los ruidos fuertes y repentinos.

·        Sigue durmiendo cuando usted habla fuertemente cerca. Solo reacciona cuando estamos frente a él.

·        No reconoce las voces de su madre o padre ni se calma con ellas.

·        No responde a la música.

·        No gira la cabeza hacia la fuente de un sonido después de los seis meses.

·        No dice palabras sencillas como “mamá” o “papá” cuando tiene un año

·        Parece escuchar unos sonidos, pero otros no

 

A partir de los dos años,     En algunos casos, niños con problemas de sordera leve no presentan signos los 2 años de edad. De ahí la importancia de estar atentos ante cualquier síntoma que nos haga sospechar cualquier problema de pérdida auditiva.

·        No responde a su nombre.

·        No forma frase de dos palabras

·        No entiende órdenes sencillas

·        Se desoriente sobre el origen de los sonidos.

·        No se percata de la presencia de personas hasta que las ve.

 

A la edad de cinco años,

·        No habla en forma clara.

·        A menudo dice “¿qué?”

·        No se sobresalta con los ruidos fuertes.

·        Parece escuchar algunos sonidos pero no otros.

·        A veces los niños ignoran a las personas que les están hablando.

·        Los niños pueden hablar y oír bien en casa, pero no en la escuela porque un déficit auditivo leve o moderado solo causa problemas en el contexto con ruido de fondo de una clase.

DIAGNOSTICO

        Desde  el nacimiento ya se realiza un primer cribado, se utiliza un dispositivo manual o una prueba que mide las respuestas del cerebro a los sonidos; con la cual se evalúa el desempeño del oído interno del bebé cuando recibe estimulación (prueba de emisiones otoacústicas evocadas). También se suele utilizar la prueba de los Potenciales Auditivos Evocados (PEA) con los que se mide la respuesta del cerebro del bebé mediante estimulaciones eléctricas.

       Para los niños mayores existen varias otras técnicas disponibles con la timpanometria o pruebas de diagnóstico por imagen. Se realiza una resonancia magnética nuclear (RMN) en la mayoría de niños. Si se sospechan anomalías óseas.

 Tipos de sordera:

Según el grado de pérdida auditiva (se establece el nivel del sonido en decibelios -en el mejor oído de los dos- al que se puede escuchar.

Leve: el umbral de audición se sitúa entre 21 y 40 decibelios. El niño oye todo, pero comprende solo parte de lo que oye. Con retraso general del lenguaje.

Moderada: la pérdida auditiva se situa entre 41 y 70 decibelios. Aparecen muchas  dificultades fonoarticulatorias, con importantes problemas de comprensión.

Severa: la pérdida auditiva se sitúa entre los 71 y 90 decibelios. La audición no es funcional por o que el aprendizaje del lenguaje se ralentiza y limita.

Profunda: la pérdida auditiva es superior a los 90 decibelios. La comprensión verbal va a depender de la lectura labial.

Tratamientos y servicios de intervención  El tratamiento de una deficiencia auditiva dependerá de su causa.

Si se trata de una audición conductiva leve causada por líquido en el oído medio, el médico simplemente recomiende que se le vuelva a realizar la prueba transcurridos unos meses para ver si el líquido ha desaparecido por sí solo.  En otras ocasiones el medico  recomienda el uso de tubos de ventilación a fin de drenar liquido si lo hubiese.

Si la pérdida auditiva fuese más importante, se recurre al audífono o implantes cocleares en casos muy importantes.

En el momento de la detección debemos buscar ayuda con el tratamiento, así como mantener el contacto con el pediatra, un otorrino, un logopeda.

El tratamiento se inicia con la estimulación del bebe, del niño con tratamiento logopédico y audiprotésico si lo necesitara.

Consecuencias del retraso en el diagnóstico de la sordera

Los efectos de la sordera pueden afectar distintos niveles en los pequeños:

        Aprendizaje: Los niños pueden sufrir retrasos en su educación, les cuesta aprender nuevos conceptos y hacer las tareas que les indican en clases.

        Lenguaje:  Las estructuras lingüísticas que utilizan son bastante básicas y a menudo tienden a no tener mucho sentido. Sus graves problemas de dicción les hacen tener grandes limitaciones para comunicarse al igual que para aprender nuevas palabras o relatar historias.

        Relaciones sociales les cuesta concentrarse y sostener una conversación demasiado larga.

Si la sordera o hipoacusia se diagnostica de manera precoz, puede iniciarse el tratamiento adecuado a edades tempranas, lo que permitirá al niño desarrollar mejores habilidades de lenguaje .

 

 

 

 

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