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Cómo trabajamos el autocontol en niños.

 




    Es frecuente que los niños pierdan el control ante  nuestras negativas y monten en cólera, siendo frecuentemente difícil de reducir estas situaciones. Los padres se llenan de impotencia y desesperación.

Los niños son impulsivos por naturaleza. Cuando son pequeños no son capaces de medir las consecuencias de sus actos y actúan sin pensar demasiado, no han madurado lo suficiente. Por tanto, los niños suelen responder ante los estímulos de forma casi instantánea, hasta los siete años, más o menos, no podrán ser capaces de regular conscientemente sus reacciones.

La etapa infantil se caracteriza por el egocentrismo, los niños piensan que todo el mundo gira a su alrededor y pueden conseguir lo que piden. No tienen desarrollado el concepto del tiempo ni la capacidad de pensar en necesidades de los demás.

A medida que crecen, los niños van adquiriendo más habilidades lingüísticas pueden empezar a ponerse  en el lugar del otro. Adquieren empatía y llegan a comprender mejor el efecto de sus actos y palabras en los demás. Si es cierto que en ocasiones presentan algunas dificultades para dominar sus impulsos y pueden responder con gritos o negándose a obedecer las normas.

Pero siempre es posible recuperar el buen talente, ellos maduran y con el apoyo y constancia de los padres seguro que se sale adelante. El autocontrol no es una destreza innata, es una habilidad que se aprende con la experiencia.

El juego es uno de los medios más importantes para que los niños se expresen y aprendan. Se trata de una herramienta que nos ofrece la oportunidad perfecta para ayudarles a fortalecer algunos aspectos que les serán de gran beneficio, como es el caso del autocontrol.

El autocontrol es la habilidad para manejar pensamientos, conductas y mociones.

Juegos de construcción Los juegos de construcción son adecuados para trabajar el autocontrol, pues requieren de una concentración importante y prestar atención a los detalles e instrucciones para lograr construir lo que se desea.

Somos caracoles Este juego es muy sencillo, hemos de  simular que somos caracoles y que debemos hacer los movimientos con gran lentitud, como se mueven estos animales.

Esto permite tener mayor conciencia del cuerpo y control del mismo, además de que requiere que se esté concentrado en lo que se hace. Ayuda al control inhibitorio y de los impulsos al mismo.

Juegos basados en mindfulness El mindfulness ayuda a tener atención plena de todo lo que nos rodea, y es muy bueno para fomentar el autocontrol. Por ejemplo mientras se camina al colegio o se sale a pasear, que cuente todo lo que ve, escucha, huele, siente, etc. La idea es presentarlo como algo divertido mientras hacemos nuestras actividades cotidianas. "ahora di todos los sonidos que escuchas". Los niños aprendan a reconocer sus emociones, centrar la atención, estar en calma y tranquilos.

Juegos de mesa Compartir juegos de mesa es una buena opción para trabajar el autocontrol, y lo mejor de todo es que hay muchas opciones disponibles.

Practicar un deporte o una actividad física El ejercicio físico reporta enormes beneficios para el cerebro, sobre todo cuando se trata de una actividad aeróbica, el entrenamiento en artes marciales es más eficaz que los ejercicios tradicionales y puede potenciar la autorregulación en los niños a nivel cognitivo, emocional y conductual. El secreto radica en que las artes marciales ejercitan la mente y el cuerpo, propiciando un equilibrio, a la vez que les enseñan a los niños a controlar sus impulsos.

Aprender a tocar un instrumento musical incrementa la flexibilidad cognitiva y proporciona habilidades para reponer alteraciones de la conducta falta de autocontrol”.

 Escuchar música relajante, Se suele decir que la música amansa las fieras y, en este caso, sentimos decirte que tu hijo entra en ese mismo estado en un ataque de histeria. Por eso, el ponerle música relajante puede ayudarte a que se relaje y se tranquilice. Dependerá del niño el tipo de música que escuche. Lo importante es que vuelva a estar como siempre.

Deja que se exprese En muchas ocasiones los adultos, dentro de ese momento de desesperación, no dejamos que el niño diga aquello que quiere conseguir. Por eso, es importante que dejes que se explique, eso sí, diciéndole que hable bien y sin gritar. Deja que él sea consciente de que es lo que quiere conseguir y de cómo se siente al no tenerlo. De este modo conseguirás entablar un diálogo que consiga que el niño se sienta mucho mejor.

Ofrecer un abrazo y contención: El amor y el contacto afectuoso producen oxitocina, una hormona que regula las emociones estresantes y proporciona bienestar. Es bueno recibir abrazos y cariño, sobre todo de quienes queremos, lo que nos hace sentirnos mas relajados y tranquilos. Sin embargo, a muchos niños les cuesta recibirlos en el momento justo en el que están tan enfadados. Se sugiere preguntar antes al niño si un abrazo le ayudaría a calmarse o si prefiere usar otra herramienta.

Seamos un modelo para nuestros hijos  los niños siempre tienden a  imitar el comportamiento de las personas que están a su alrededor con la finalidad de aprender de ese entorno. Si los padres son  un ejemplo de conducta, no perdiendo el control y logrando calma estarán dando a su hijo el mensaje más poderoso cara a desarrollar autocontrol.

Los niños y niñas aprenden más de lo que ven que de lo que les decimos. Muchos pequeños aprenden autocontrol observando a otros niños y adultos que les rodean

Leer cuentos de manera conjunta y reflexionar sobre ellos en familia ayudan a desarrollar su pensamiento reflexivo, su empatía y a fomentar las habilidades sociales. Con todo ello contribuiremos a la autorregulación conductual.

Algunos cuentos que podéis encontrar fácilmente y que os ayudarán a trabajar estas habilidades son:


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