La
Navidad es una fecha muy especial para los niños, es un momento de ilusión,
emoción y magia. Las ilusiones y las expectativas de los niños en la Nochebuena
con Papá Noel y/o en la Noche de los Reyes Magos no son comparables a ninguna
otra ocasión. ¡Estos momentos son únicos!.
Pero
los papas a menudo se complican buscando regalos para sus hijos que les agraden
y que no vayan a quedar olvidados tres días después de ser abiertos. Se
preguntan qué les pueden regalar, se les agotan las ideas y acaban buscando
juguetes de moda que creen que les van a encantar… y que después no resulta ser
así y terminan jugando más con la caja que con el juguete. También, en
ocasiones, se regalan aquellos juguetes que a los padres les encantaban de
pequeños o los que siempre quisieron y nunca pudieron tener.
Hemos
de observar antes a los niños para saber qué intereses tienen, qué cosas les
gustan y qué regalos son los mejores para ellos. Lo importante es conocer a nuestros hijos, saber qué actividades son
sus preferidas, en qué tareas invierten más tiempo, observar con qué juegos se
divierten más. ¿Qué le gusta? ¿A qué dedica
mayormente su tiempo? ¿Qué hace en casa? ¿Qué cosas le divierten, por qué
actividades muestra curiosidad y qué materiales pide directamente tener?.
Hasta los dos años - los peques aprenden a través de sus sentidos. En esa
etapa es importante ofrecerles juguetes que puedan ver, tocar, oler, tocar e
incluso saborear. Todo ello servirá para fortalecer sus estructuras cognitivas
y promover su desarrollo y aprendizaje.
Entre 3 y 5 años, realizan juegos con
representaciones simbólicas. Es la etapa del juego simbólico que será uno de
los pilares básicos de su aprendizaje en la primera infancia ya que les ayuda a
comprender e imitar el mundo que les rodea. Le ayudara a comprender el entorno
y los roles sociales, desarrolla el lenguaje y favorece las habilidades
cognitivas y la expresión emocional.
No
tanto juego con funciones electrónicas y más juegos para usar al aire libre, que
también evitará el sedentarismo, es imprescindible para su desarrollo físico y social.
Por último, los juegos colaborativos desarrollan sus habilidades sociales y refuerzan el vínculo familiar. Pero aparte de todo eso, no se puede olvidar de que el mejor regalo que puede recibir un niño es la atención, el cariño, y el jugar con sus amiguitos y familiares. De nada sirve que papá Noel o los Reyes Magos traigan regalos a los niños si ellos no tienen con quién compartirlos.
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