Las funciones ejecutivas son las capacidades encargadas de procesar, canalizar y
organizar la información, planificar la toma de decisiones y gestionar la
respuesta emocional. La Funciones ejecutivas nos permiten entender y establecer
un proceso intencional y dirigido a una meta. Han de ser trabajadas desde los primeros meses de vida. Va a ser el desarrollo cognitivo y emocional que le permitirá
entender, adaptarse y resolver las tareas del día a día.
Entre ellas destacar:
la inhibición, la flexibilidad cognitiva y la memoria a corto plazo.
La
inhibición o el autocontrol. Capacidad para evitar los estímulos distractores
internos o externos, se trataría de mantener la concentración el tiempo que cada
tarea requiere. Esta capacidad requiere autocontrol emocional para regular la
respuesta atendiendo al contexto.
La flexibilidad cognitiva: Capacidad que nos
ayuda modificar la respuesta a una actividad, ante las dificultades no
esperadas, buscar otros caminos o soluciones.
La memoria operativa: Capacidad
para recordar información que no está presente, dando la oportunidad para
comprender y resolver mejor las tareas en que se realiza. .
Mejorar las
funciones ejecutivas en las primeras etapas es muy importante. Empiezan a
desarrollar desde el primer año de vida. Durante esta etapa, el desarrollo del
sistema ejecutivo es menos intenso debido al menor grado de activación y
desarrollo de las áreas asociativas del cerebro. Será en este periodo infantil
0-4 años una etapa vital para el desarrollo cognitivo, social, emocional y
físico de los niños, factores esenciales para regular el comportamiento en
situaciones sociales, controlar los impulsivos y seguir las instrucciones. Todo
ello necesario para un buen aprendizaje.
0-12 meses. Iniciación de algunas
conductas ejecutivas.
Permanencia del objeto. En los primeros seis meses de
vida, el bebé recuerda representaciones simples. Sin embargo, si el bebé está
jugando con un juguete y lo cubrimos con una toalla, para él, éste deja de
existir: no busca el juguete, y se comporta como si no existiera. Será alrededor
de los ocho meses, que ya pueden buscar el objeto que se le ha ocultado y
recuperarlo. Esta conducta en sí misma sugiere una forma “inicial” de funciones
ejecutivas: mantiene la información que no se halla presente, (la representación
del juguete y su ubicación espacial), y planifica su, (levantar la toalla y
recuperar el juguete).
Intencionalidad física. Entre el 4-6 mes de vida, se registran los primeros
indicios de intencionalidad física. El niño intenta alcanzar un objeto, al
principio aparecen hechos accidentales pero que repetidos por agrado, se
convierten en intencionales. A partir de los 8 meses inicia claramente una
conducta intencional con un fin y unos medios para conseguirlo. Alcanza un
objeto, tira de una cuerda para obtener un juguete, retira obstáculos para
obtener un objeto. Entre los 9-11 meses va poniendo en marcha formas
alternativas de resolver un problemas, para obtener objetos de difícil acceso.
Aparecen las conductas anticipación: ante la aparición de determinados indicios.
Ante la comida, ante juegos de cosquillas, de movimientos previos, reacciones
causa efecto. Aprende los efectos de sus acciones.
Capacidad de compartir
interacciones de atención conjunta De las interacciones entre adulto y niño
compartiendo situaciones, sucesos con atención conjunta aparecen los primeros
gestos comunicativos intencionales. La Atención Conjunta constituye la primera
condición sobre la que se construye la comunicación.
Planificación. Entre los 12-18 meses el niño es capaz de secuenciar
distintas acciones dirigidas a un fin, organiza imágenes para resolver
problemas. Usa las primeras estrategias de ensayo –error, explora hasta
descubrir cómo abrir una caja o cómo sacar una bolita de una botella, tantea
para encajar una pieza redonda en un puzle de encaje. Entre los 18-24 meses
muestra organización cognitiva, emparejando objetos o imágenes de objetos y
buscando una imagen que se le pide entre un grupo de imágenes en una lámina.
Resolución de problemas: Entre los 18-24 meses progresa en el uso de acciones e
instrumentos para resolver problemas y es capaz de encontrar nuevos formas para
conseguir el objetivo ya es capaz de tener representación mental. Puede recordar
e inferir por aprendizaje de causa efecto.
Representación mental: Entre los 12-18
meses da un importante paso en el concepto de permanencia del objeto. Busca
objetos escondidos ante su vista, en varios escondites y al instante. Puede
buscar un objeto, siempre que solo haya dos escondites posibles. Entre los 18-24
meses la habilidad de representarse mentalmente los objetos ausentes es más
evidente. Busca objetos ocultos deduciendo desplazamientos. Busca un objeto
segundos después de ver su desaparición y responde a nombres de objetos y
personas ausentes.
Control instruccional: Aumenta la capacidad de hacer algo
cuando se lo piden, al final de esta etapa, responde a una petición del adulto
en torno al 50/60% de las veces. Al final de etapa se incrementa el control de
instrucciones, cumpliendo las órdenes directas simples que se le dan (dame x,
dáselo a papa, ponlo en x). Mejora los comportamientos de autocontrol dirigidos
a mantenerse en una tarea hasta alcanzar su meta consiguen una mayor
estabilidad.
A partir de los dos años
Se completan capacidades como la
flexibilidad mental y la capacidad para planificar soluciones simples y
orientarse en actuaciones a posteriori.
Representación mental, la atención
focalizada y de memoria. Entorno a los 2 años hay un gran incremento de estas
habilidades. Si le escondemos un objeto ante su vista en una caja de tres que
se le muestran, recuerda con exactitud el lugar donde se ha escondido el objeto.
Comienza a repetir frases de do o tres palabras. Uso consistente de estrategias
representacionales al hacer puzles de encaje de figuras geométricas (al derecho
y al revés) y progresivamente de encajes figúrales más complejos. Planificación
y autocontrol. Comienza a controlar respuestas en juegos de turnos de dos
participantes. Puede planificar aunque todavía de forma parcial, una
secuenciación de acciones, en sus juegos simbólicos (le da de comer al muñeco ,
lo limpia , lo acuesta..).
A partir de los tres años
Mejoras significativas en
el control de la atención, control emocional y autoregulación, el tiempo de
atención y concentración aumenta permaneciendo periodos más largos con una
tarea, así como el control ante las estímulos e impulsos. Puede controlar el
impulso inmediato, por ejemplo esperar ante un fuerte estimulo como tomar un
dulce. Demorar un deseo .
La capacidad de planificación en el juego progresa a
partir de los 3 años o 3 años y medio (anuncia la intención del juego y busca
previamente los objetos que va a necesitar para llevarlo a cabo).
El lenguaje
Aumenta considerablemente y se convierte en un regulador de su conducta.
Clasificación Empareja formas geométricas, tamaños y algunos colores, teniendo
en cuenta una variable. Comienza a responder a tareas de categorización,por
ejemplo, clasifica por tamaños.
Empatia: Va tomando conciencia sobre los demás y
de los sentimientos de los demás, mostrando conductas espontaneas de ayudar,
compartir y consolar. También empieza a asumir ciertas normas sociales.
A partir
de los cuatro–cinco años
A los cuatro años, empieza a inhibir sus respuestas,
son capaces de establecer una autorregulación interna de sus actos. Puede
iniciar una representación mental de los sentimientos y emociones de otra
persona.
Memoria de trabajo. Recuerda el hecho y la historia básica del cuento.
Son capaces de resolver tareas que conllevan múltiples pasos, la planificación
de pasos progresivos se incrementa.
Control de impulsos: Comienza a responder
con consistencia a la prueba de la demora de la golosina. Emociones: Va
entendiendo las relaciones entre las emociones y sus comportamientos o los
comportamientos de otras personas, realizando inferencias o predicciones acerca
de ello.
Gracias, de gran utilidad.
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