Cada generación de padres tiene unos retos diferentes al educar a sus
hijos, los tiempos cambian. Antes jugábamos mucha parte del día en la calle, el
aprendizaje compartido con iguales era muy fuerte y nos ayudaba
a establecer unas relaciones sociales y vínculos entre amigos,
básicas para el funcionamiento social. Nuestro aprendizaje motriz era
trascendental, no éramos sedentarios como hoy.
Vivimos en la era de las pantallas y han
venido para quedarse. Y algunos niños aprenden a manejar el móvil antes que a
pronunciar las primeras palabras. No podemos decir que sean malas de por sí,
porque son una nueva vía a la comunicación, al presente y
el futuro, pero hay que diferenciar claramente en temas de aprendizaje. Tenemos
que plantearnos cuál es el medio más adecuado y en qué edad para
desarrollar el potencial del niño. Cada día hay más estudios que hablan del
impacto negativo en el desarrollo del cerebro y en concreto en el niño más
pequeño. Rl cerebro une la parte fisica y cognitiva. El razonamiento esta estrechamente ligado a la movilidad de la mano, a la información que proporciona la manipulación de muy diversos objetos. Si el niño no tiene esa variedad de oportunidades de manipilación de los objetos y los movimiento físicos da la manos que ello implica en su aprendizaje, lo tendrá más difícil a lo largo de su desarrollo. Es imprescindible el contacto fisico con tamaños, texturas, formas, temperaturas, etc. que nos ofrecen los objetos, sobre todo en los primeros años.
Le impide socializarse de una manera
natural, El aprendizaje es un proceso que se basa en
interacciones sociales. Meltzoff. Nos explica según sus investigaciones, “las
interacciones sociales son más importantes de lo que se piensa en el
aprendizaje infantil, y los niños aprenden mejor cuando lo hacen de otros y con
otros humanos.”, explica que el aprendizaje es bidireccional, "Podemos
aprender qué hacer mirando a los demás, e incluso podemos comprender lo que
piensa otra gente a través de sus acciones”.
Lo que ocurre detrás de la pantalla y la
vida misma no se parecen. En la realidad no podemos funcionar sin
relacionarnos, sin interaccionar con los padres, hermanos, la gente de
alrededor. El cerebro del niño se desarrolla con la información que recibe de
todo su contexto próximo y fundamentalmente de las demandas del mismo. El niño
responde a las demandas del entorno, y en ese proceso de elaboración de
respuesta, es cuando se ponen en marcha múltiples factores e información
emocional, perceptiva, motórica, manipulativa, etc. que ha
almacenado su cerebro a través de los sentidos (ver, oír , tocar , oler,
sentir, moverse, etc). “la respuesta ante la pantalla, solo es mover un dedo,
para que pasen imágenes y cuanto más rápidas mejor”. Los empujamos a la
necesidad de tener constantes estímulos, repetitivos, pero que escasamente
piden respuestas que pongan en marcha su cerebro, su creatividad, su
imaginación y empiece a jugar, a inventar, a ser niño.
Pierden el interés por otro tipo de
aprendizaje. Les cortamos las alas: jugar, dibujar, pintar, correr, saltar,
ensuciarse, cantar, hablar, manejar todo tipo de instrumentos manuales y
corporales. Cuando el niño juega con un dispositivo no está activando las zonas
del cerebro que tienen que ver con el lenguaje sino con el movimiento de la mano
y la visión.
Utilizar la tablet o el móvil para calmar
a un niño o para que este quieto y no moleste, es un error, No le ayuda a manejar
y reforzar su capacidad de aprender a tener autocontrol, hacen que el niño esté
constantemente estimulado y tiene menos oportunidad de ejercerlo, porque todo
el control lo lleva la máquina. Por otro lado si los estímulos son muy intensos
y rápidos, como ya hemos dicho, pueden perder el interés por cosas que son un
poco más lentas o menos intensas, como la maestra, la pizarra, juego de turnos,
un libro o jugar en la calle con los amigos, en general cuestiones que suponen
la molestia de esperar o hacer lo que en ese momento hay que hacer pero el
prefiere otra. No le enseñamos a enfrentarse a la dificultad de esos momento o
la capacidad para sobrellevar la frustración.
Consecuencias frecuentes: Cuando tiene
la pantalla están tranquilos pero cuando no la tienen aumenta de la
impulsividad y de la falta de autocontrol las rabietas.
La Academia de Pediatras de Estados Unidos
publicó unas recomendaciones en 2016: Específicamente, nos advierten de que las
pantallas en general en la educación temprana, con los más
pequeños, tienen unos beneficios muy limitados y que se produce en
ocasiones un efecto no deseado, el riesgo de dependencia.
Recomendaciones para padres y madres en lo que al uso
de pantallas y medios se refiere.
Nada de pantallas antes de los 18 meses, Las pantallas de dispositivos
electrónicos emiten cinco veces más luz de onda corta, mas energética,
más dañina, que puede ser altamente nociva para los ojos,
especialmente en los niños pequeños, cuyo cristalino está aún formándose y no
filtra esta luz de forma eficiente.
Entre los 18 y 24 meses. Que el contenido sea de alta
calidad, tanto a nivel de contenidos como de juegos, y que sea siempre en
compañía de los padres para ayudarlos a entender lo que están viendo,
interactuando, dándoles y pidiéndoles información sobre lo que estamos viendo
juntos, elaborando respuestas, hablando, y compartiendo.
No más de una hora entre los 2 y 5 años limitar el uso de los
medios a una hora al día, controlando el contenido. Con los padres.
Acompañando a los hijos para ayudarlos a entender lo que están viendo y
aplicarlo con sensatez al mundo que les rodea.
A partir de los 6 años: equilibrio y sentido común, con límites coherentes
tanto en tiempo como en contenido, sin que pueda afectar al sueño, a la
actividad física y a su modo de comunicarse con otros niños y adultos.
Como controlar y gestionar el uso del móvil
Sé el ejemplo perfecto: tanto en el tema de
los móviles, como en cualquier tema de la vida, los niños aprenden de lo que
ven, una forma importante de aprendizaje es la imitación. Si te ven con el
móvil pensaran que es interesante y moralmente no tenemos ninguna autoridad
para decir a nuestros niños que utilizan demasiado el móvil si nosotros lo
utilizamos también demasiado. Si lo ven, lo harán, no hay nada más potente para
los hijos que el ejemplo de los padres, ellos, son su conexión con el mundo, y
si esa conexión falla, hay un problema.
Desengánchate del móvil y conéctate a tus
hijos
Limitemos nuestro tiempo dedicado al
móvil. Vuelvo a repetir, los niños aprenden mejor de las interacciones con
personas, no con pantallas. Si limitamos nuestro tiempo con ellos, reducimos su
aprendizajebasado en la interacción y el intercambio verbal, que es el tiene
peores efectos a largo plazo. No les deje el móvil para que no molesten.
Que estén callados y no molesten, es cómodo, fácil y rápido en numerosas
ocasiones. Pon tiempos de uso y cúmplelos. Dales otras alternativas y
dedica más tiempo compartiendo juegos y ocio fuera de casa.
Como indica Álvaro Bilbao “Desde mi punto de vista ..,
primero tenemos que enseñar al cerebro a pensar, a estar atento, a imaginar, y
luego ya le podemos enseñar a dominar las herramientas que tiene a su
disposición. Si introducimos las tecnologías demasiado pronto, el niño
conseguirá conectar con ellas de una forma muy rápida pero se desconectará de
otras cosas más importantes para su desarrollo”.
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