Cuando el bebe
llega al mundo tiene una fabulosa capacidad para acomodarse al exterior, para
atender a aquello que quiere y también para prescindir de aquello que le
molesta, pero a su vez una enorme necesidad del otro para subsistir. Serán los
afectos recibidos de sus padres los que le ayuden a construir su mundo interno.
No podemos olvidar que los genes le
proporcionan un modelo básico, pero serán las experiencias e interacciones con
los padres las que influyan en la manifestación y expresión final de estos .
Los rostros, las
miradas (poco después de nacer el bebe tiene especial sensibilidad por la
percepción facial), los sonidos, la voz, el olor, los ritmos, las caricias, los
abrazos etc. son un mundo de sensaciones imprescindibles, que estimulan los
sentidos del bebe y fortalecen el desarrollo intelectual y emocional.
El contacto físico, le
reportará innumerables ventajas como son: Fortalecimiento de los vínculos
afectivos, sentimiento de seguridad, relajación, facilitación continua de la interacción con el adulto, balbuceos,
repuestas, etc.
Hemos de tener en cuenta que
durante el primer año de vida, no hay
comunicación verbal, pero si emocional y hemos de establecer relaciones de
apego adecuadas que nos permitan entender
su estado, su necesidad. Para ello, se ha de poner al bebe en primer
lugar siendo abiertos, positivos y estando disponibles emocionalmente.
Alcanzar la capacidad de aliviar la tensión del bebé, de calmarlo, de regular
su estrés, pero también disfrutarlo. Es importante que el bebe sepa que el adulto está emocionalmente
disponible para él. También hemos de tener presente que el bebe hará todo lo
posible por atraer la atención y mantener la atención del adulto. El ser humano
tiene la necesidad de crear vínculos personales, característica aferrada en la
biología del ser.
Les ofrecemos
algunas sugerencias que aportamos a las familias que asisten a nuestros cursos,
y que si se desarrollan de forma intensa
en los primeros meses, se continuaran de forma espontánea a posteriori,
surgirán de forma natural y constituirán con el tiempo un estilo de
relación emocional con nuestros hijos.
1. Debemos aprender a responder a sus
necesidades biológicas y emociones, cuando llora, se queja etc, le debemos dar
atención, amor. Durante los primeros 5-7 meses de vida, el bebe reclama por
razones lógicas necesidades hambre, calor, contacto, etc. Si respondemos
daremos seguridad y confianza, estas son claves esenciales para el aprendizaje.
2. Aprovechar los momentos que el bebe esta
despierto y tranquilo. Su mayor necesidad es el contacto directo, podemos dejar
otras cosas para después, a él no. Es el momento del cuerpo a cuerpo, de
cantarle, bailarle, jugar, etc.
3. Cuando este con él capte su atención con
tu mirada. Ver y tocar su rostro, y mirarle a los ojos, son cosas muy
importantes y fomentarán una relación mas estrecha. Para el bebe las caras no
son solo importantes por si mismas, van influir en la forma de conocer y vivir el mundo que les rodea.
4. Háblele cuando pueda. Le encanta oír su voz,
mirar sus gestos, aprender el significado de sus entonaciones, percibir su
olor.
5. Tómelo en brazos cuando el bebe lo necesite.
Desarrollo de emociones
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