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Como padres, buenos propósitos para mejorar la relación con nuestros hijos.



  


 



 Comienza, un nuevo año y con él, llegan reflexiones y nuevos objetivos familiares para realizar. Es una nueva oportunidad para conseguir nuevas metas, para mejorarnos a nosotros mismos y la relación con nuestros niños.  Para hacer balance de cómo han sido nuestros últimos 12 meses: cuáles han sido los mejores momentos, los peores, nuestros logros y nuestros fracasos, qué objetivos hemos conseguido y cuáles no se han llegado a completar.

    Y como padres debemos  hacer algunos buenos propósitos para mejorar la paternidad/maternidad y que de este modo mejoremos la educación de nuestros hijos y podamos vivir el día a día en nuestro hogar con armonía.

    Cada familia se plantea la situación en función de sus circunstancias y según su propia perspectiva, pero si se es consciente  de que la educación de los hijos es prioritario, que esa educación requiere de los abrazos, los besos, el tiempo en familia, poder compartir nuestro tiempo con las personas a quienes queremos.

    Siempre hay factores o circunstancias  como las prisas o el ritmo de vida del adulto que parece una carrera frenética y  que no son buenas amigas de la infancia y el ritmo de vida del niño, por lo que en ocasiones se hace imprescindible encontrar el equilibrio para conseguir armonía en la familia.

     Reflexionemos y planteémonos  algunos propósitos que nos van a ayudar a  mejorar nuestra relación familiar y consecuentemente la educación de nuestros hijos.

Propósitos familiares para año nuevo

*Pasar tiempo en familia. Dedicar más tiempo para estar y jugar con los hijos. Salir a pasear por el campo, ir a la playa, jugar a juegos de mesa, cocinar juntos.

Organice planes divertidos en los que participen todos y disfrute de actividades enriquecedoras.

Por más ocupados que estemos, reserve unos minutos cada día para leer un cuento con su hijo o charlar sobre el día. Ese tiempo será solo para él, recibirá la máxima atención.

Es necesario reducir el tiempo dedicado a tecnologías móviles, pantallas, televisión.. y dar más tiempo al diálogo. Comenzar por apagar la televisión durante la comida y la cena para poder hablar de cosas que interesan, tales como... cómo nos sentimos, que hemos hecho especial en el día, que nos gustaría hacer..

De ahí que uno de los mejores propósitos de padres para el año nuevo pueda ser tener mayor diálogo con los pequeños.



*Escuchar con amor. Hemos de pasar más tiempo con nuestros hijos y tiempo relajado, escuchando, no solo lo que dicen sino también como lo  sienten, con todos los sentidos puestos en ello. Podremos ser capaces de leer entre líneas la esencia. Escuchar lo que los hijos nos dicen, con sus palabras y sus actos, no para contestarles, sino para comprender. Dejeles hablar expresarse y escuche sobre sus sentimientos y sus opiniones. Conocer a sus amigos, que nos hablen de ellos.

La comunicación es fundamental para conseguir no solo estrechar los vínculos afectivos entre padres e hijos sino también para que se conozcan mucho mejor.

*Usar la contención. Tener más paciencia y tolerancia con los niños. Para evitar decir palabras que hieren cuando nuestro cerebro está “nervioso y responde al impulso del momento”, para retirarnos a tiempo y recomponernos antes de perder el control de la situación, para poder abordar desde la calma las situaciones difíciles, siendo ejemplo y guía.

Muchas veces nuestros hijos nos enfadan hasta el punto de no poder reprimir ese grito ocasional, un buen propósito es dejar de gritar este nuevo año. Podemos intentar respirar antes de soltar ese grito e incluso contar hasta 10. También podemos alejarnos de la situación y no contestar a nuestros hijos en caliente. Ese tiempo de reflexión nos ayudará a calmar nuestra ira y responderles con más tranquilidad.

Con demasiada frecuencia nos enfadamos y castigamos a nuestros hijos, perdemos la paciencia que nos permitiría entenderles o sentarnos a hablar ante cualquier situación sucedida.



* Decir menos veces la palabra “no”.  Decir no a nuestros hijos es una palabra rápida y con frecuencia efectiva para controlar su comportamiento, pero si resuena con demasiada frecuencia en la cabeza del niño, acaba perdiendo sentido y consecuentemente efectividad.

 Reducir la frecuencia de decir “no” en casa aumentará su efectividad puesto que la usarás únicamente cuando sea necesario. Un no razonado y escuchando al niño es recibido de forma más empática con mayor comprensión por su parte.

En ocasiones podemos plantearnos otras expresiones o darle opciones para que elija , por ejemplo “ me puedo comer el caramelo” “ después de comer la fruta, cual quieres”.

En otros momentos, con los más pequeños, los podemos alejar del sitio o situación. “vamos a buscar unos coches para jugar”

* No ceder al impulso de sobreprotegerlos. Está bien ocuparse de ellos, pero si no se les da la oportunidad de equivocarse nunca aprenderán. Deja que sean autosuficientes, que maduren y que se enfrenten por sí mismos a problemas que podrían solucionar solos. Deben encontrar sus propias herramientas para salir adelante.

* Establecer límites realistas. Se deben establecer límites en función de la edad y estar dispuestos a negociar con ellos. Recordemos no seamos impulsivos actuemos con calma pues los límites posiblemente no les gusten al principio. Seamos razonables y coherentes con lo que les decimos y les pedimos.

Recuerda que regañar o llamar la atención a nuestros hijos cuando no se comportan bien también es una forma positiva de quererles.

 Consejos para cumplir todas las metas que nos pongamos

Claves o consejos que os ayudarán a cumplir con todas las metas que os propongáis para la nueva etapa que comienza.

*Ser justa con las expectativas. Plantéese los objetivos poco a poco. Si se quiere hacer todo a la vez, lo mas lógico es acabar frustrado

*No se tomo las cosas de forma rigurosa. No se acueste enfadada. Piense que cada día de los niños es una etapa fugaz y de aprendizaje lento y sosegado.

* Haga una lista y téngala visible. Un plan a seguir es la mejor herramienta de trabajo, en el aparecerán los principales  y básicos propósitos. Un plan que visualicemos continuamente nos recordara como vamos y  que conseguimos.

* Póngase unos propósitos realistas. Grandísimas metas no sirven, se convierten en montañas difíciles de cumplir, que nos desanimaran y cederemos ante ellos. Conozca sus limitaciones y posibilidades. Sea realista y tenga claro cuales de las metas son prioritarias.


Autonomia-sin-prisa-pero-sin-pausa.

El-cuento-un-recurso-educativo


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