Existe evidencia clara sobre la capacidad del alcohol como agente que pueden aumentar la incidencia de las malformaciones congénitas, interrumpir o alterar el desarrollo del embrión en cualquiera de las etapas de gestación. Estos efectos producidos por la ingesta de alcohol durante la gestación es lo que se denomina de forma genérica Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF). Entre ellos el más frecuente el Síndrome Alcohólico Fetal (SAF) .El alcohol pasa fácilmente la barrera de la placenta y el embrión recibe una concentración muy alta del mismo, que no será capaz de eliminar de forma rápida permaneciendo en él durante más tiempo. Cuando una mujer embarazada bebe alcohol, su bebé también bebe. Este es un síndrome silencioso y con demasiada frecuencia desapercibido. Hasta 1973 no se reconoció con factor de riesgo, pero es evidente que esta más presente de lo que pensamos, pu...