Las rabietas en niños de 3 y 5 años son muy habituales. Forman parte de su desarrollo y es la forma que tienen de manifestar su malestar. Los comportamientos más frecuentes son desafiantes, llanto intenso, tirarse al suelo, en general pierden el control. Son comportamientos y respuestas de expresiones emocionales que no saben controlar.
Las rabietas surgen cuando los
niños empiezan a construir su personalidad y buscan ser más autónomos. Su
cerebro esta en desarrollo y tienen que aprender a gestionar sus emociones.
Los niños tienen que aprender a
gestionar la frustración y la forma de expresarse en este proceso al principio
son las rabietas. Está en proceso de aprendizaje de autorregulación. Las
rabietas suelen surgir por llamar la
atención, querer algo que no tiene ya, intentar probar su independencia,
frustración interna, impaciencia, celos…
En toda rabieta hay un antes y un
después
Como debemos actuar para evitar
algunas rabietas:
·
Establezca
rutinas y normas claras, estables y
predecibles que le aporten seguridad, sabiendo a qué atenerse.
·
Elogie
su buen comportamiento, dele en ese momento mayor atención, abrazos.
·
Desarrolle
el hábito de fijarse cuándo su hijo se porta bien. Recompense a su pequeño con
atención y elogios ante comportamientos positivos. Sea específico cuando elogie
los comportamientos que desea ver con más frecuencia.
·
Elógielos para ayudarlos a sentirse orgullosos
de lo que son capaces de hacer, cuando se porta bien. Así mismo, empiece por
cosas sencillas antes de avanzar hacia tareas más desafiante.
·
Mantenga aquellos objetos, que no debe alcanzar, fuera
de su vista.
·
Conozca
los límites de su hijo, cuando está cansado, hambriento, tiene sueño.
·
Evite
situaciones que sabe que le frustran y le desbordan.
·
Permite
que tenga, ante determinadas situaciones, opciones de elegir.
2. Manténgase firme, constante y coherente con la decisión que ha tomado, aunque la respuesta se brusca. En estos momentos ha de prestarle la menor atención.
Durante la rabieta no intente razonar con el niño, pero déjele claro que lo escuchara y atenderá cuando se calme y le explicara por qué le ha dicho no. No responda a sus gritos mientras está en rabieta, obsérvelo pero preste atención a sus demandas, haga otra cosa mientras dura la rabieta. Déjele espacio necesita su tiempo. Felicite a
su hijo por recuperar el control; por ejemplo, puede decirle: "Me gusta
cómo lograste calmarte"., un abrazo y decirle lo orgullosa que esta de él.
No utilice reproches. No recompense la rabieta de su hijo cediendo a sus peticiones. Esto solo le probará a su pequeño que la rabieta funciona. No utilice castigos que tenga que cumplir cuando hace tiempo que ocurrió la causa del mismo.
UUtilice
momentos relajados para trasmitirle formas de resolver los conflictos,
preguntarle por la causa de su última
exposición.
No
ponga el foco en lo que hizo emerger la
rabieta, dele su tiempo y espacio, hasta que la rabieta pase. Después puede
hablar y preguntarle por el motivo de la rabieta ayudándole a expresar sus
sentimientos, poniendo nombre a las emociones (tristeza, enfado,..). Escúchelo
y ayúdelo a buscar la respuesta, pero sin alterar el tono, que no parezca un
castigo. El niño necesita sentirse escuchado.
8. Las
rabietas pasan con la edad.
Cuentos para ayudar a superar la frustación
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