La grafomotricidad es el ejercicio tanto perceptivo como motor que realiza el cuerpo para escribir o dibujar. Se requiere una maduración y aprendizaje de las habilidades motoras finas.
El niño va adquiriendo las
destrezas motoras finas, con el control del movimiento del antebrazo, la
muñeca, la mano, los dedos y la
coordinación de los mismos, que le permitirán realizar el conjunto de
movimientos que requiere la escritura.
Estas destrezas se van a
desarrollar hasta los 6 años, se va precisando poco a poco y con la práctica y
manejo de útiles de forma que sientan las bases para el aprendizaje de la
escritura.
Para potenciar esta actividad se
debe trabajar los movimientos de precisión, el agarre, la fuerza, la
coordinación oculo manual y la orientación espacial
Fases por las que va evolucionando
el niño:
1-2 años: Ya puede coger lápices y realizar trazo, aunque sin
orden, son movimientos impulsivos y descontrolados, pues aún no tiene una
adecuada coordinación brazo-mano.
Entorno a los 2 años el niño ya ha ejercitado, el codo, brazo,
muñeca y dedos y hace los primeros
garabatos, aun poco definido, pero poco a poco hará trazos independientes. Ya puede
coger el lápiz, ceras, colores. Pueden hacer círculos y ya puede planear sus
trazos.
3 años: Ya está establecida la coordinación ojo-mano. Intenta
controlar sus movimientos, coordina e intenta dirigir el trazo. El niños miran
lo que ha dibujado, le pone nombre y se interesa por lo que hace, combina
colores
4 años: Ya es capaz de pensar con antelación lo que va dibujar y
añaden detalles a sus dibujos, siendo cada vez más similar a lo que ha
ideado. Se inicia la figura humana, todavía con pocos detalles y descompensada,
con mayor tamaño de la cabeza. El dibujo va tomando intencionalidad, distribuye
el espacio teniendo mayor concepto de las proporciones, combinan mejor los
colores. Sus dibujos van siendo cada vez menos abstractos.
5 años: En esta etapa los niños ya dominan bien el lápiz y el trazo,
y empiezan a escribir, por lo que adquieren más sentido. Tienen mejor uso de
las proporciones, combinan mejor los colores y asocian los dibujos con lo que
quieren expresar o escribir.
6 años: el tamaño ya es el adecuado, los colores también se eligen
de forma emocional y se piensa antes de dibujar y pintar.
Algunas actividades que podemos
practicar para fomentar el aprendizaje de la grafomotricidad de esta forma, el
niño ejercita sus manos y cada vez tiene más control sobre los pequeños
movimientos.
Para trabajarla, hay actividades más
específicas, como por ejemplo:
·
Pintar, colorear o repasar trazos con lápices, colores, pinceles o
rotuladores.
·
Jugar a pintar con los dedos o a dibujar sobre arena o texturas
similares.
·
Ensartar objetos tales como para hacer collares o pulseras.
·
Jugar con la plastilina, hacer bolitas, churritos …
·
Recortar diferentes figuras que tengan tanto líneas rectas como curvas.
·
Practicar con juegos de construcción, elaborar torres.
·
Abrochar botones
·
Pasar hojas de los libros
·
Repartir cartas
·
Manipular pinzas de la ropa
·
Sombras chinas (se pueden hacer formas fáciles como un pájaro, una
mariposa, un pato, un perro, un ciervo, un caracol…)
·
Pintar con ceras.
·
Unir puntos numerados con líneas hasta formar dibujos.
·
Juegos de construcción.
Conclusión
La grafomotricidad tiene gran importancia, pues les permite adquirir
habilidades para el desarrollo de la escritura.
Desde la familia se puede fomentar
este proceso con un adecuado apoyo y participación en sus actividades, que siempre
se realizan a través de los juegos
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