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Importancia de trabajar la Motricidad fina en niños de 1 a 3 años

 



    El desarrollo psicomotor es clave para el ser humano y constituye un aspecto evolutivo en los bebés y niños a medida que crecen. Gracias a él adquirirán habilidades, conocimientos y experiencias de forma progresiva

    La motricidad fina es el movimiento y la coordinación de los músculos, huesos y nervios pequeños, como los de las manos, muñecas, dedos y pies relacionándose con los ojos. Cuando hablamos de coordinación óculo-manual nos referimos a cómo el niño debe coordinar la vista para alcanzar o manipular un objeto con sus manos para realizar una actividad específica o simplemente para explorar el objeto.

    La realización de movimientos precisos, coordinados y controlados con las zonas más distales del cuerpo, evoluciona mejorando los movimientos, siendo estos cada vez más precisos, logrando así una mayor destreza manual y coordinación visomotora, lo que se refleja positivamente en sus actividades cotidianas.

    Los niños pequeños empiezan a desarrollar la motricidad fina durante el primer año de vida. Desde los 4 meses de nacidos, cuando empiezan a sujetar cosas. El desarrollo  de estas  habilidades de psicomotricidad fina son decisivas, experimenta y aprende de su entorno  y, como consecuencia, la psicomotricidad fina juega un papel fundamental en el desarrollo de la inteligencia.

    La psicóloga J.Caron Santha, experta en este tema, habla de siete componentes que marcan la base para conseguir una buena motricidad fina.

1- La aproximación: consiste en la preparación de la mano y la extensión del brazo hacia un objeto qué se desea coger. El seguimiento visual y la coordinación oculomotora también intervienen.

2- El agarre: es la forma en qué la mano coge un objeto. Dependiendo de la especificidad del objeto, forma, textura, tamaño y peso,  la mano se adapta al agarre. Los puzzles son un excelente juego para ejercitarlo.

3- El transporte: es la habilidad de sostener un objeto en la mano durante un desplazamiento. El encaje educativo- selección es el juego ideal.

4- La liberación voluntaria: Es el gesto que consiste en la liberación de los dedos para depositar un objeto en un lugar. Apilar bloques de madera, para desafiar el equilibrio, les permite construir estructuras.

5- La manipulación de la mano: hacer pinza para colocar objetos pequeños en agujeros es la actividad qué favorece el fortalecimiento de los dedos.

6- La habilidad con las manos: la habilidad de utilizar una herramienta

7- La habilidad con ambas manos: es la acción  qué requiere una coordinación de ambas manos para realizar una acción en especial.

etapas

1 años de edad: esta será la etapa de gateo y primeros pasos. Uno de los logros más importantes (el gateo) aportara sensibilidad y fuerza a sus manos. En esta etapa conseguirá al realizar la pinza adecuada, tomar cosas usando los dedos como pinzas. Golpear juguetes para que hagan sonidos. Usando los dedos  para separar las piezas pequeñas de las grandes. Meter  y sacar piezas de cajas.

2 años de edad: La propia curiosidad y el desarrollo del niño/a hace que se atreva a manipuar objetos  de un modo cada vez más complejo, llevándole a intentar experimentar con todo. Realizando tareas de  encajar, sacar, garabatear dibujos, pasar páginas de un libro,  hacer torres de construcciones. Abrir y cerrar cajones

3 años de edad : A partir de los tres años su capacidad motriz habrá avanzado a pasos agigantados y será capaz de insertar cordones, atar y desatar lazos, abrochar botones, recortar con tijeras o elaborar collares y pulseras con bolitas. Los dibujos que se ejecutan son garabatos.

conclusiones

    El desarrollo de la motricidad fina a temprana edad no solo mejora la capacidad de realizar movimientos pequeños precisos con la mano sino que también facilitará el agarre de los lápices y bolígrafos cuando el niño se encuentre en el proceso de aprendizaje de la escritura y el dibujo.

    Esta se verá reflejada en el dominio y la precisión de los movimientos finos y le dará la autonomía y seguridad en la realización de actividades cotidianas, logrando así, el desarrollo de su independencia y la realización de actividades cada vez más complejas.

“La inteligencia se construye a partir de la actividad motriz del niño o la niña”.

    
El uso abusivo de las tecnologías, contribuye a una ralentización del desarrollo de la motricidad fina. Los dispositivos manuales han sustituido muchos de los juguetes que tradicionalmente hacían trabajar esos músculos de la mano.



 



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