El uso del andador (tacata) para Bebes, es una costumbre que actualmente se está abandonando por recomendación de la mayoría de los especialistas, médicos, rehabilitadores, pedagogos etc...
El andador no enseña a caminar al
niño, aunque veamos que se desplaza y que mueve sus piernas como si estuviera
caminando. Pero también podemos verlo, como una caja en la que hemos metido al
niño y que le acompaña, que limita sus movimientos espontáneos, que le
dificulta el aprendizaje del control de su propio cuerpo y no le ayuda a
ejercitar su equilibrio; por tanto, lejos de conseguir lo que pretendemos con
el andador, lo que logramos es mayor inmadurez motriz.
Para conseguir la marcha
independiente y su total control es recomendable pasar por etapas tales como
arrastrarse, sentarse, gatear, incorporarse desde el suelo etc., si usamos el
andador continuamente, el niño estaría saltándose estas etapas.
¿Es tan importante fomentar que nuestro
hijo se arrastre y gatee? Sin duda lo es. Este periodo de arrastre y gateo
lleva implícito el descubrimiento de todo un mundo de sensaciones, sus pequeños
desplazamientos le ayudan a mejorar la calidad del desarrollo vestibular,
desarrollo motor, desarrollo visual etc.
Ventajas de gatear
Calidad del desarrollo visual:
• Fomenta la coordinación óculo-manual (ojo-mano). • Estimula la convergencia y
la acomodación ocular de cerca, que permiten saber a que distancia está un
objeto y focalizarlo correctamente. • Ejercita su visión binocular: el cerebro
utiliza las imágenes que recibe de cada uno de los dos ojos y las fusiona en
una sola imagen más completa. • Potencia la visión periférica, que es la que
nos permite orientarnos en el espacio, informándonos de los movimientos en el
entorno..
¿Qué problemas puede producir el tacatá? Los siguientes:
-Deformidad de piernas: El hecho de comenzar a caminar con un
soporte como el tacatá, debido a lo blando de sus huesos, puede hacer que sus
piernas se deformen y se arqueen. -Fractura de los primeros pasos: este
fractura es muy conocida por los traumatólogos infantiles y es frecuente en los
niños que comienzan a caminar de forma natural. Si el niño ha gateado
previamente se ha preparado y fortalecido los músculos para el paso posterior
ponerse en pie y andar.
-Accidentes: un niño con tacatá solo se desplaza hacia delante
empujándose. Es muy frecuente que haya también golpees contra puertas, muebles,
pues son saben frenar al impulso. Además, pueden llegar a lugares y a alturas que no llegarían
habitualmente con lo que pueden coger objetos voluminosos, etc. Los niños que
utilizan andadores tardan más en andar por un retraso en su desarrollo motor.
El uso prolongado del tacatá retrasa y/o altera el desarrollo de la
coordinación y del sentido del equilibrio, al establecer para el bebé puntos de
referencia que no son los correctos, ni los que necesitará una vez que quiera
caminar sin ese apoyo. Retrasa la aparición del sentido del peligro en el bebé
al ofrecerle un soporte que le permite un movimiento relativamente veloz e
indiscriminado.
¿Cómo ayudo a mi hijo a gatear?
Para que se inicie el gateo de forma
voluntaria y espontánea es necesario que el bebe permanezca con frecuencia en
el suelo, sentado sobre alfombras, mantas y con juegos que estimulen su
atención e intención de alcanzarlos. Las mantas de actividades y los gimnasios
de suelo son juguetes que estimulan los movimientos del bebé previos al gateo.
Las pelotas con ruidos y colores, juguetes cilíndricos con ruedas que hacen que
el bebé los empuje y los persiga. Colocar los objetos o juguetes preferidos
enfrente y alejados de él para que los busque y los tome. También es aconsejable
que coloquen obstáculos en su paso como almohadas, almohadones o cajas para que
el solo descubra como esquivarlos, dándole más seguridad, velocidad y agilidad.
¿Qué otras cosas puedo ofrecerle?
Para los niños que ya empiezan a
ponerse de pie por si solos y dar algunos pasos con más a menos seguridad,
podemos optar por dos alternativas que no cuentan con las contraindicaciones
que presenta el tacatá y pueden ser buenos aliados para su desarrollo durante
esta etapa:
Los Correpasillos: El niño avanza sentado, impulsándose
con los pies. Le proporcionan autonomía en el
desplazamiento. Permiten que su peso se distribuya equilibradamente entre las
dos piernas. Ante posibles vuelcos es importante que haya supervisión.
Los Andadores: El niño los
empuja y se sostiene en ellos mientras camina. Le ofrecen la posibilidad de
desplazarse a su propio ritmo y con mayor seguridad. Es importante tener en cuenta el peso. Si son
demasiado ligeros pueden alcanzar una velocidad excesiva y promover caídas. Para evitar que esto ocurra, pueden lastrarse.
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