El
sistema sensorial del hombre recibe la información que nos aporta nuestro
entorno. Será a través del gusto, olfato, vista, oído, tacto y
movimiento como el ser humano recoge esa información para elaborar respuestas
de adaptación. Todos sabemos la importancia de la vista y oído, pero se la
damos, en menor medida al tacto y al movimiento.
El
sistema vestibular informa sobre el movimiento del cuerpo en el
espacio y de los cambios posicionales, da respuestas de coordinación y
equilibrio, mantiene el tono muscular y orienta el cuerpo en el espacio de
forma que puede prever los movimientos adecuados en cada situación. Desde el comienzo de la vida el sistema vestibular esta recibiendo
información, pero en ocasiones nos encontramos con bebes a los que les es
muy costoso planear acciones motoras y cambios posturales para
alcanzar un objetivo. Con frecuencia desisten de conseguir el objetivo
deseado o de dar respuesta a un impulso, posiblemente debido a una
inadecuada organización de las sensaciones corporales y por ello, a una información
inadecuadamente integrada que no produce las respuestas esperadas.
Debemos observar en el bebe, su postura, su equilibrio, la coordinación de sus
movimientos oculares en los cambios posturales y cómo, la calidad de sus
patrones motrices influye en la consecución de otras acciones con respecto al
control y manipulación de los objetos.
Podemos
apreciar miedo al movimiento de actividades cotidianas (al incorporarlo, al
balancearlo..) inseguridad en los cambios posicionales (desde sedestación a
tumbado, desde sedestación para alcanzar un objeto algo distanciado y que
implica pasar a boca abajo etc.) evitan el movimiento y pierden calidad e
intensidad en las ejecuciones. Estas conductas nos indican cierto desorden
gravitacional y consecuentemente merma en el interés por la actividades e
información que le darán los objetos
alcanzados.
Otro
aspecto frecuentemente asociado a la deficiente integración sensorial que
algunos bebes presentan, es su hipersensibilidad táctil,
a texturas de la ropa, comidas, aseo, a que se le toque. Su estado táctil
les mantiene en una alerta excesiva, por lo que se suelen mostrar muy
irritables En general se aprecia una forma diferente de percibir, de
integrar la información sensorial.
En estos casos es interesante realizar intervenciones con enfoques más cinestésicos, enseñando estrategias y habilidades centradas en tocar, ser tocado y en movimientos corporales, favoreciendo la conciencia espacial y corporal, trabajar la estimulación vestibular, propioceptiva y táctil. Cuanto antes consultemos al pediatra o al Cdiat más cercano, anters podremos organizar el aprendizaje de nuestro bebe y evitar enseñanzas erróneas que habremos de desandar.
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