Semanas atrás me
recomendaron la lectura del “Manual de Pediatría social”, de Antonio Muñoz
Hoyos y Laura Marín López, del Hospital San Cecilio de Granada, tengo que decir que me ha parecido un
magnífico trabajo de aportación conjunta
de todos aquellos profesionales que intervenimos en la salud física y psíquica
del niño. La temática es amplia y abarca desde el concepto de pediatría social,
programas de salud social, atención a patologías crónicas, adopción, maltrato,
discapacidad, fracaso escolar, atención temprana, infancia de riesgo social
etc.
La
Pediatría Social, es un nuevo enfoque que se hace imprescindible ante las
nuevas demandas en estos momentos. La salud infantil y atención sanitaria actual
ha dejado atrás la alta mortalidad infantil, dando lugar a nuevas demandas en
la infancia. Todos los profesionales sanitarios/sociales/educativos que
intervenimos con el niño, necesitamos formación en estos aspectos y un trabajo en
equipo con otros profesionales (trabajadores sociales, psicólogos, pedagogos,
maestros, etc.). Un trabajo multidisciplinar e interinstitucional en red, que
facilite dar respuesta de forma adecuada a las necesidades y problemas en la salud
de la actual población infantil. Todos necesitamos formación para mejorar la
salud integral del niño.
Desde
un Centro de Desarrollo Infantil y Atención Temprana, la perspectiva
multiprofesional en los problemas socios/educativos/sanitarios de la infancia,
es básica para la ejecución de la atención terciaria, secundaria y primaria,
entorno a la cual gira toda nuestra intervención.
Este
abordaje multidisciplinar es el que garantizará la igualdad de oportunidades
del niño, la familia y el entorno, el que avalará una continuidad terapéutica basada en los
esfuerzos de los distintos profesionales con una línea común de trabajo en
cuanto a detección, diagnostico, derivación, intervención y coordinación de
actuaciones.
Todos
somos conscientes de que la actuación multiprofesional de atención a los
menores con discapacidad/trastornos del desarrollo o en situación de riesgo, exige
continuos esfuerzos de acercamiento y coordinación, necesarios ya que, es la
respuesta que nos exige la sociedad en estos momentos.
Ante necesidades complejas intervenciones interdisciplinares,
de forma simultánea, secuencial y siempre complementarias.
Es necesario un cambio
de enfoque en la atención pediátrica, dirigido hacia una pediatría integral y
este giro implica:
*Mejorar
las actividades preventivas, dirigidas a problemas de salud derivados de
determinantes sociales.
*
Impulsar actividades e intervenciones en la infancia y adolescencia más allá de
la actividad asistencial y que incluyan al menor, su familia y su comunidad.
*
Crear espacios compartidos de cooperación entre
profesionales que permitan satisfacer las necesidades infantiles.
*
Trabajo en red acentuando una visión completa
de los menores, atendiendo a todas las
dimensiones de su salud física y psíquica.
*
Recibir la formación pertinente para responder a los nuevos retos en la salud infantil.
Entre los objetivos de
la “Atención Temprana” está el participar y fomentar una red interprofesional que trabaje en promover actitudes preventivas de salud
y el bienestar de los niños más sensibles, con el fin de instaurar el respeto y
el buen trato a la infancia.
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